Es un estado donde es evidente perturbación mental y
espiritual, ya que la inclinación permanente del individuo es estar en
desacuerdo con todo lo que los demás dicen o hacen, esta forma de
comportamiento se traduce en una condición de beligerancia permanente que aguza
de continuo el ego, que es el que resalta en cada defensa a ultranza de su
posición antagónica.
La disensión no está sola, ella viene acompañada del pérfido
egoísmo, por cuanto internamente siempre está alimentando el monstruo de la
vanidad, también la asiste la ruindad de la vanagloria, debido a que se sitúa
en el pedestal inalcanzable del sabelotodo, al mismo tiempo es impulsado por la
nefasta terquedad, impidiéndole obtusamente declinar la posición ante la mas
nimia de las discusiones, en este cóctel de vanas presunciones no podría faltar
el espíritu beligerante, que es el sello inefable en toda contienda y
disensión.
Las ideas todas absolutamente todas, tienen que admitir la
discusión, porque ellas van en la escalera donde hay vértices opuestos, unas
muy abajo y otras muy arriba, donde existe el antagonismo unas excelentes y
otras pésimas, pero que necesariamente hay que ponerlas en el tapete de la
opinión pública para que sean rubricadas
o desechadas, es de suponer que las equivocaciones pueden venir de quien
las concibe o de quien las rechaza, no podemos esperar que todo lo que hagamos
o expresemos tenga aceptación general, pero tampoco repudio universal, el gran
problema con el experto en disentir, es que nadie puede superarlo en la
apreciación de los hechos, las conclusiones o las opiniones de cualquiera sea
el tema tratado.
En una oportunidad hablábamos de un asunto que de ninguna
manera era de dominio de dos de las tres personas que lo discutíamos, el tercero
espero hasta que le dimos la oportunidad de expresarse y dándonos una
explicación hábil y sensata del asunto relacionado, remacho con la frase, bueno
lo que pasa es están halando con un TSU, en la materia, fin de la discusión.
En otra ocasión hablaba con una hermosa joven y no sé porque
razón llegamos al tema de las
patologías, pero ella con una habilidad y destreza increíble me dio unas
explicaciones científicas y de alto calibre sobre la materia, sacándome de unos
cuantos errores y que por supuesto le agradecí mucho. Finalmente descubrí que
era una médica con un posgrado en patología, menos mal que no se me ocurrió
contradecirla.
Disentir no es malo, porque ineludiblemente encontraremos
cosas en las que jamás estaremos de acuerdo, pero eso es algo muy diferente a
contradecir todo lo que los demás digan con el solo propósito de ser camorrero
profesional, mayormente sin que nos asista la razón y el buen juicio.
Hay una frase que ha calado en todas las esferas y
condiciones de la sociedad y que la usan mucho los expertos en disentir cuando
se dan cuenta que su árida y estéril discusión no tiene asidero para sostenerse
y recurren a ella como una válvula de escape para no aparecer como derrotados,
ella es: Ud. Tiene su verdad, yo tengo la mía. Estamos de acuerdo, cada uno
tenemos no una sino muchas verdades, pero hay una única verdad absoluta para
todos y se llama: JESUCRISTO, El te dará el equilibrio para aceptarse a ti
mismo y a los demás sin contiendas ni disensiones.Es tu elección.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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