jueves, 6 de febrero de 2014

LA DISENSIÓN.



Es un estado donde es evidente perturbación mental y espiritual, ya que la inclinación permanente del individuo es estar en desacuerdo con todo lo que los demás dicen o hacen, esta forma de comportamiento se traduce en una condición de beligerancia permanente que aguza de continuo el ego, que es el que resalta en cada defensa a ultranza de su posición antagónica. 

La disensión no está sola, ella viene acompañada del pérfido egoísmo, por cuanto internamente siempre está alimentando el monstruo de la vanidad, también la asiste la ruindad de la vanagloria, debido a que se sitúa en el pedestal inalcanzable del sabelotodo, al mismo tiempo es impulsado por la nefasta terquedad, impidiéndole obtusamente declinar la posición ante la mas nimia de las discusiones, en este cóctel de vanas presunciones no podría faltar el espíritu beligerante, que es el sello inefable en toda contienda y disensión.

Las ideas todas absolutamente todas, tienen que admitir la discusión, porque ellas van en la escalera donde hay vértices opuestos, unas muy abajo y otras muy arriba, donde existe el antagonismo unas excelentes y otras pésimas, pero que necesariamente hay que ponerlas en el tapete de la opinión pública para que sean rubricadas  o desechadas, es de suponer que las equivocaciones pueden venir de quien las concibe o de quien las rechaza, no podemos esperar que todo lo que hagamos o expresemos tenga aceptación general, pero tampoco repudio universal, el gran problema con el experto en disentir, es que nadie puede superarlo en la apreciación de los hechos, las conclusiones o las opiniones de cualquiera sea el tema  tratado. 

En una oportunidad hablábamos de un asunto que de ninguna manera era de dominio de dos de las tres personas que lo discutíamos, el tercero espero hasta que le dimos la oportunidad de expresarse y dándonos una explicación hábil y sensata del asunto relacionado, remacho con la frase, bueno lo que pasa es están halando con un TSU, en la materia, fin de la discusión.

En otra ocasión hablaba con una hermosa joven y no sé porque razón  llegamos al tema de las patologías, pero ella con una habilidad y destreza increíble me dio unas explicaciones científicas y de alto calibre sobre la materia, sacándome de unos cuantos errores y que por supuesto le agradecí mucho. Finalmente descubrí que era una médica con un posgrado en patología, menos mal que no se me ocurrió contradecirla.

Disentir no es malo, porque ineludiblemente encontraremos cosas en las que jamás estaremos de acuerdo, pero eso es algo muy diferente a contradecir todo lo que los demás digan con el solo propósito de ser camorrero profesional, mayormente sin que nos asista la razón y el buen juicio.

Hay una frase que ha calado en todas las esferas y condiciones de la sociedad y que la usan mucho los expertos en disentir cuando se dan cuenta que su árida y estéril discusión no tiene asidero para sostenerse y recurren a ella como una válvula de escape para no aparecer como derrotados, ella es: Ud. Tiene su verdad, yo tengo la mía. Estamos de acuerdo, cada uno tenemos no una sino muchas verdades, pero hay una única verdad absoluta para todos y se llama: JESUCRISTO, El te dará el equilibrio para aceptarse a ti mismo y a los demás sin contiendas ni disensiones.Es tu elección.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.



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