
Creo y es mi opinión muy personal, que hemos hecho las cosas y parece ser, que seguiremos haciéndolas diametralmente opuestas.
Aumentan los transgresores de la ley; como respuesta construyamos mas cárceles
Se multiplican los heridos hagamos mas hospitales.
El número de drogadictos sube diariamente; abramos mas centros de rehabilitación
Crece abruptamente la cantidad de adolescentes embarazadas;ensanchemos los lugares para atender alas madres menores de edad.
La delincuencia juvenil es exorbitante; aumentemos los reformatorios.
La incidencia de madres solteras cada día es mas alta; hagamos mas sitios para atender a estas desafortunadas madres.
El abuso contra las mujeres es incuantificable; abramos mas oficinas para darles ayuda psicológica
Esto seria mas o menos como si hubiera un aumento en la población gatuna y nuestra respuesta fuera acondicionar el ambiente para que se multipliquen las ratas.
Atacar las consecuencias deja intacto, el origen del mal, lo que permite que siga causando estragos abrumadores con impunidad total.
Los síntomas son manifestaciones visuales y externas, de lo invisible e interno, son indicadores de anormalidades, que si no desciframos a tiempo llegaran a ser letales e imposibles de erradicar y combatir.
La sociedad esta enferma, porque la familia esta en terapia intensiva. Si solo atacamos las consecuencias de las patologías, y no sus raíces, para dejarla si base de apoyo y de como obtener su forma de proliferarse, jamas tendremos una sociedad que disfrute de buena salud y un medio ambienta seguro, para una vida en paz
y en armonía.
Por el pastor: Fernando Zuleta V.
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