martes, 22 de mayo de 2012

EL AFECTO NATURAL








Por deducción o simple razonamiento pudiéramos decir que es algo innato en todos los seres con sentimientos, sin embargo al ver el comportamiento humano llegamos a otra conclusión y no muy halagüeña por cierto, es importante notar como actúa el promedio del conglomerado y que avalan superlativamente las masas, los gobiernos tienen dinero en abundancia para comprar armamento sofisticado y cada día se preparan para la eventualidad de una guerra a veces con enemigos virtuales o simplemente imaginarios, pero la idea es estar listos por si acaso, y si hay confrontaciones, mientras la hambruna hace estragos en los pobres y desheredados, la inanición hace presa de los que se encuentran en la línea de combate de los bandos enfrentados, hay suficiente dinero y maneras para proveerse de equipos militares de toda índole y ninguno para sofocar el hambre y la desnutrición. Mientras tanto los enemigos reales son ignorados.




El mundo está invadido por artículos de consumo masivo que no pasan de ser innecesarias bagatelas, pero con una buena promoción creando una necesidad artificial para los compulsivos consumidores, "vendiéndolos como pan caliente", usando un dicho popular que nos da claridad al asunto. Este consumismo ha creado dependencias de cosas innecesarias y es un enemigo mortal y real que impide que sean cubiertas necesidades básicas, y como mecanismo para tratar de llenar ese vacío se recurre a productos y bienes que satisfagan el ego, como substituto y compensación a la carencia de afecto natural.





El afecto natural entraña la necesidad de proteger a los débiles, proporcionar ayuda al necesitado y estar pendiente de las penurias ajenas, pero esto es lo que menos nos interesa y básicamente debido a que no nos crearon conciencia para servir y dejaron de enseñarnos la importancia que tienen nuestros semejantes, llegamos a la conclusión inobjetable que el afecto natural es algo que se siembra y se cultiva en las incipientes vidas de los niños desde el primer momento en que emergen a luz, de ellos se dice que son egoístas por naturaleza y esa naturaleza malsana es necesario cambiarla por una dadivosa y participativa, pero para que ello suceda se hace imperativo que tenga un hogar legítimamente constituido y unos padres que se preocupen por conducirlos por sendas de bondad y misericordia, el problema mayúsculo, es que la mayoría ha carecido de ese equilibrio que da tener un hogar completo y no pueden transmitir lo que no tienen, no han recibido y no han sido enseñados.




 No podemos decirle a nuestros hijos “hagan lo que les digo, pero no hagan lo que yo hago” frase atribuida al célebre tirano Atila, por ser una total incongruencia y de esa manera no podemos esperar que nuestra sociedad  sea distinta a como somos los que la conformamos, cada vez que veamos un niño abandonado y que no tiene otra alternativa que sobrevivir a como de lugar, no podemos sustraernos de la responsabilidad que todos tenemos como coterráneos al verlo crecer y convertirse en un azote de la sociedad, porque nuestra indiferencia e irracionalidad contribuyo decididamente a engendrar el monstruo que ahora arremete contra todo lo que represente autoridad y legalidad.




Sino sembramos el afecto natural, no podemos cosechar buenos sentimientos, sino cultivamos el amor no podemos esperar hombres con corazón tierno y perdonador, sino producimos la paz no podemos vivir fuera de las contiendas y las guerras, sino somos practicantes de la misericordia, no podemos esperar que exista la bondad y si no vivimos en la verdad no esperemos que se termine la mentira. El remedio para toda esta ristra de desfases en el ser humano está al alcance de todos, porque Él es el camino y la verdad y la vida y se llama Jesucristo. Tu decides si lo aceptas o lo ignoras.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.










2 comentarios:

  1. Yhwh les bendiga en el nombre de Yeshua de Nazareth.

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  2. Percibo la coherencia, consistencia, relevancia y originalidad de este artículo el cual relaciono con las palabras del rey Salomón en su libro Eclesiastés, un rey que teniéndolo todo vio con preocupación el comportamiento de las personas y la manera con la que se conducían en la vida con sus vanidades ilusorias, acciones que por generaciones ha bordeado la humanidad ya que él mismo actuó con vanidades buscando satisfacer todo lo que su estado físico le solicitó y que en su edad avanzada comprendió que no era necesario sino que por el contrario le había traído cargas emocionales.
    Si el ser humano pudiera entender que acá en esta esfera terrenal todo es vana ilusión, no escatimarian en modificar sus pensamientos sobre lo que significa vivir en este mundo cumpliendo con el propósito para el cual Dios nos ha enviado, asi como en aquellos tiempos la mayoría de las personas vivian para satisfacer sus vanidades, hoy podemos observarlo cuando revisamos nuestras casas y percibimos que la mayoría de nuestras casas están repletas de artículos innecesarios, así como, las redes sociales en donde las personas comparten asuntos que no edifican las vidas de los usuario promoviendo la vanidad a gran escala, considero que esto es un tema largo y profundo de abordar, no obstante, es lo que vemos, aún entre los miembros de las iglesias cristianas, las iglesias que profesan a Cristo como si el fuera el precursor de los actos más inconsistentes como por ejemplo, manifestar un evangelio de prosperidad, articulado con la abundancia de las cosas materiales desestimando las inmateriales que nos brinda la eternidad con Cristo, esto es un tema profundo de discusión.
    El propósito de Dios con el hombre está muy distante de lo material y lo terrenal pero al mismo tiempo muy cercano a las promesas de una eternidad al lado del autor de lo que más valor tiene para el hombre que es la vida eterna con nuestro redentor.
    Continuará...

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