jueves, 25 de julio de 2013

LA INGRATITUD

                 


Son las 7 am  de un viernes  de mayo que amaneció opaco, con un cielo encapotado de oscuros nubarrones que anuncian que el día será la continuación de la noche anterior, que fue de lluvia copiosa y permanente, estoy observando este panorama y sacando las conclusiones de lo que podría hacerse ante la inclemencia climática, cuando soy sacado abruptamente de mis elucubraciones por el  fuerte e insistente sonido que produce el frenético golpeteo  del portón de la morada, acompañado con el pronunciamiento vehemente de mi nombre, ni modo, se requería mi presencia y mientras camino en dirección a la puerta, pienso en cual puede ser el motivo de tan urgente llamado, cuando finalmente abro la cerradura y salgo a la parte exterior, me consigo con una señora conocida y vecina del lugar, que tenia asido de la mano a un anciano que se aproximaba velozmente al club de los setenta y sin más preámbulos me dijo: ¡ay hermano!, a este amigo lo dejaron abandonado esta madrugada a las 3am en la parada de carros que esta frente a la urbanización los familiares y como ha llovido toda la noche y allí no hay como guarecerse de la lluvia amaneció totalmente empapado y al punto de morir de frió, cuando yo salí para el mercado y viendo su condición me acerque a hablar con él, me entere de lo que le estoy participando, pero lo peor es que es invidente y aunque tuviera a donde ir está totalmente desorientado y agrego, me lo lleve a mi casa le conseguí ropa limpia y seca y ya le di desayuno, me dijo que se llama Bernabé y lo traje aquí para ver¿ qué podemos hacer?.
Mientras sucedía todo esto, la conversación, el intercambio de ideas o las preguntas exploratorias y necesarias, despertamos al jefe de la casa, porque la realidad era que mi estadía en este lugar obedecía a prestar un apoyo a la familia que residía allí y no podía tomar decisiones de esta naturaleza como albergar a una persona y menos en las condiciones de la que teníamos al frente, aunque el espacio con que contábamos tenía suficiente lugar para hacerlo, con un par de habitaciones desocupadas, inclusive una de ellas con baño interno
Ante la situación apremiante y después de un cónclave entre los esposos, exposición de razones, posibilidades, consideración de los pro y los contra, ventajas y desventajas, razones, motivaciones y posibles consecuencias, después de muchos estira y encoje, se tomo la decisión salomónica de asilar a Bernabé, por 24 horas mientras se conseguía una solución definitiva, hicimos muchas diligencias ese viernes a pesar de un clima que no fue nada benigno, pero definitivamente no logramos obtener un sitio para llevar a Bernabé e inexorablemente se llego el cumplimiento del plazo estipulado para tenerlo en el lugar y entonces fui llamado a cumplir con el acuerdo pactado, no quise entrar en una contienda que posiblemente solo traería enemistad y resentimiento, ya era sábado y como la razón de estar allí era levantar una iglesia cristiana en la comunidad, hice una pregunta que aparentemente no tenía nada que ver con lo que estaba pasando ¿ quién predica mañana? Me toca a mi respondió el jefe de la misión, excelente respondí, estoy dispuesto a cumplir estrictamente con el compromiso que adquirí, votemos a Bernabé a la calle, es muy simple, yo lo tomo de la mano y lo dejo en la parada de donde lo recogieron ayer y ud. Mi querido amigo, mañana domingo cuando le predique al grupo que se reúne aquí, les predica sobre el amor y la misericordia.
Nadie dijo nada, no hubo el más leve comentario, paso igual guardando las diferencias, cuando El Señor Jesús, ante el acoso contra la mujer adultera dijo: el que esté libre de pecado, tire la primera piedra, todos se retiraron, me acerque a Bernabé y le comunique la buena noticia: hemos decidido felizmente que tú te quedaras con nosotros.
No prediques el evangelio, sino estas dispuesto a practicarlo, las dos cosas van unidas, separarlas es vivir en el engaño y el error.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.


miércoles, 24 de julio de 2013

LA INDIFERENCIA

                 

Un hombre anciano y con signos visibles de tener una mala locomoción, busca la manera de abordar el transporte que  lo llevara al lugar que el ha determinado, trata infructuosamente de asirse del pasamano para subir, pero sus achaques físicos por la edad y seguramente las enfermedades que han deteriorado drasticamente su capacidad de movimientos impiden que logre su objetivo. 

hay personas dentro y fuera del auto-bus siendo testigos del drama del abuelo, pero ninguna se anima a prestarle el auxilio necesario, el conductor un energúmeno de unos 1,85  metros de estatura y algunos 120 kilos de masa corporal, dando marcha al vehículo, casi arrollando al anciano, exclama mal humorado ¡que hace un viejo así andando solo y haciéndole perder tiempo a uno!

Nadie absolutamente se siente aludido, ni hay el mas leve reclamo por la conducta troglodita del chófer de marras, solo algunos se acomodan al criterio del cavernicola conductor diciendo: verdad que un viejo así no debe de andar solo.

Observando este espectáculo grotesco y la indiferencia impávida de los presentes me acerco al depauperado anciano, iniciando una conversación al preguntarle ¿abuelo hacia donde va? ¡ay mijo! responde con alguna dificultad para comunicarse, voy al asilo de la colonia, en ese caso, yo lo llevo, tengo mi carro aquí cerca, solo espéreme unos instantes para traerlo ¿le parece?, mirando a mi al rededor vi un guacal de tomate vació y tomándolo lo puse al lado del improvisado amigo, para que lo usara como silla, mientras regresaba, así en menos de lo que canta un gallo me dirigía al ancianato con el inesperado pasajero, averigüé que se llamaba Jeremías Campo, que tenia la friolera de 92 años, gocho de nacimiento, viudo y con hijos, pero que ninguno se hacia cargo de el, porque según ellos no tenían los medios económicos para sostenerlo, ¿pero seguramente lo visitan periódicamente y están pendientes inquirí, su respuesta, me causa tanta tristeza y dolor, que me reprendí a mi mismo diciendo para mis adentros ¡eso consigo por estar preguntando lo que no debo!. No  me dejaron hace siete años y desde entonces no se nada de ellos y  lo mas seguro es que terminare mi vida solo y olvidado. Respondió, con evidente amargura  y notoria carga nostálgica en sus palabras.

Se acabo la condescendencia, se termino la bondad, fue eliminada la misericordia y llego a su trágico final el sentido de humanidad ¿quienes somos? nos hemos convertido en seres sin afecto natural, nuestro corazón adquirió la dureza del granito y los sentimientos se eliminaron de la mente. ¿que ha hecho el sistema del tiempo moderno con los sentimientos de los seres humanos? nos han despojado del calor de la hermandad, se ha quitado el sentido de la dependencia mutua, y ha aniquilado todo rastro de reciprocidad. ¿hacia donde vamos? a la desnaturalizacion total del hombre, ha adquirir la frialdad de las maquinas y convivir por necesidad pero sin importarnos lo mas mínimo, que zapatos usa mi prójimo.

El único que humaniza al hombre es Dios, por eso se hizo hombre y solo creyendo en El y aceptando su plan de transformación, podemos cambiar la manera de pensar, actuar y vivir.Es tu decisión.

Por el pastor: Fernando Zuleta V.